HIRUKATILU. PROYECTO DE LABORATORIO GASTRONÓMICO
Urnieta, 2017
Proyecto en colaboración con el cocinero y asesor gastronómico Aitzol Zugasti.
Laboratorio gastronómico, un proyecto innovador con necesidad de espacios pequeños pero flexibles.
Laboratorio de cocina + cursos de proximidad/exhibiciones + presentaciones a clientes + aula para teoría + zona de proyección + aula para prácticas + zona de catas + configuración para presentaciones de productos y/o menús.
A este lugar rodeado de vegetación llegamos desde la parte superior y, hasta que accedemos a la parcela entre de dos robles que marcan la entrada, no entendemos bien dónde estamos: nos encontramos en el barrio de Goiburu, cerca de Xoxoka, sobre el valle de Urnieta, en uno de esos puntos donde tan bien puede comprenderse la orografía de este territorio. Ésta es la hermosa vista que se quiere regalar al visitante.
Al tratarse de un proyecto situado en un entorno rural se plantea un edificio que debe integrarse en el paisaje circundante. Desde la carretera de Xoxoka el edificio quedaría oculto por el arbolado existente; en la vista inferior desde el municipio la pequeña escala y los materiales naturales escogidos (fachada de corcho, cubierta vegetal…) permiten que se difumine en el entorno.
Al entrar en la parcela el edificio se nos aparece en escorzo mostrando un cuerpo opaco que se extiende hasta la entrada en la que se vuelve transparente. El edificio se aleja de la imagen de la arquitectura doméstica y se plantea como un pabellón de jardín en el paisaje. Los aleros horizontales y la conjunción de cuerpos sólidos y transparentes le dotan de cierta abstracción y lo acercan más a la imagen de un edificio terciario.
El núcleo del proyecto es, obviamente, la cocina. Alrededor de la misma se van articulando el resto de funciones: anejo a la cocina, una sala multifuncional que se adecuará al uso requerido (taller, aula, recepción, comedor…) valiéndose de un mobiliario polivalente. En el exterior y como prolongación de la propia cocina, la zona de parrilla cubierta necesaria para múltiples actividades. En la parte trasera se acomodan los usos más privados tales como despensa, cámaras, instalaciones, baño y despacho.
Un proyecto gastronómico que nace con una vocación innovadora tan marcada como es éste, debe ir acompañado de un concepto arquitectónico que ponga en valor dicha singularidad e innovación. Conceptos como el respeto medioambiental y la optimización de los recursos energéticos son ideas fuerza a las que el edificio trata de responder mediante un planteamiento bioclimático.
En este sentido, los mayores esfuerzos se centran en articular un edificio fundamentalmente pasivo que se beneficiará en primer término de un adecuado y estudiado soleamiento. Se integrarán el resto de elementos necesarios resaltando la importancia del aislamiento térmico (utilizando materiales naturales como el corcho), el trabajo en la hermeticidad de la envolvente para minimizar pérdidas de calor, la búsqueda de una equilibrada inercia térmica, el control solar que evite el sobrecalentamiento en época estival, un óptimo control higrotérmico que garantice un alto grado de confort interior, la ventilación tanto controlada como natural/cruzada…
Todos estos objetivos deberán lograrse además con la utilización de materiales de construcción duraderos, naturales, salubres… La fachada se realizará mediante un aislamiento térmico exterior de corcho que quedará visto, la cubierta será vegetal y de bajo consumo hídrico, las carpinterías serán de madera, las pinturas interiores naturales al silicato, etc.
En resumen, los conceptos aprendidos en la arquitectura tradicional se conjugarán con ideas y técnicas de vanguardia, tal y como trata Aitzol con su propia cocina.